En Cáceres, entre la Sierra de Gredos y Plasencia se encuentra el Valle del Río Jerte, afluente del Alagón, paso natural de trashumancia, camino real que todavía hoy se utiliza para el traslado del ganado.
Este amplio valle que acoge once pequeños pueblos nos regala en cada rincón un verdadero espectáculo, la lluviosa primavera ha hecho que cascadas, ríos, arroyos y pozas nos deleiten con el frenesí de aguas en movimiento y el canto de cientos de aves que nos hacen mirar al cielo.
A la transformación que sufre tras el deshielo convirtiéndolo en el valle del agua, hay que sumarle, a finales de marzo y principios de abril, la floración del cerezo que maquilla de blanco las laderas de la cuenca, ofreciendo un espectáculo digno de contemplar. En las zonas bajas el estallido de la flor de este frutal se produce antes que en las de más altura, Cabezuela del Valle, El Rebollar o Navaconcejo son lugares estratégicos para su contemplación.
No debéis perderos un paseo de unos 6 km. aproximadamente que sale de Navaconcejo, la Ruta de las Nogaledas, se trata de un sendero señalizado por el que vamos ascendiendo por la garganta donde el río baja saltando entre las piedras ofreciéndonos multitud de cascadas de diferentes alturas a cual más espectacular, todo ello entre una vegetación de alisos, robles y sauces que se enredan con rocas y agua ofreciendo su sombra y un frescor gratificante, con el constante rugido del agua precipitándose con prisa garganta abajo.
En algunos tramos más abiertos, balcones naturales nos regalan panorámicas del valle adivinándose en la distancia el velo blanquecino que la flor del cerezo ha extendido entre tonalidades verdes de castaños y robles.
La vuelta de este sendero la hacemos por una pista ancha entre cerezos escalonados en las laderas, un espectáculo en primavera para retener en la retina pues ninguna foto consigue plasmar tanta belleza.
Para contemplar el valle en toda su extensión podemos subir por carretera al puerto de Tornavacas situado a 1.274 m. de altitud, en su mirador tendrás que reprimir las ganas de volar, a la izquierda las cumbres nevadas de la Sierra de Gredos, a la derecha la Sierra de Béjar y entre ambas el valle del Jerte con sus pequeños pueblos y miles de cerezos en flor.
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