Isla de Iona, la joya

 La Isla de Iona, pasa desapercibida entre las 790 islas con las que cuenta Escocia, es muy pequeña, apenas 8 kilómetros de superficie y poco mas de 100 habitantes.
Sin embargo, si te alojas en las Hébridas Interiores y tienes tiempo, acércate a visitarla, sentirás la espiritualidad de esta tierra llena de leyendas, la tranquilidad de los lugares sin aglomeraciones turísticas y, otro valor añadido, si eres amante de las aves y tienes suerte, podrías observar el escaso guión de codornices presente en la zona, este no fue mi caso, fue oído  pero no visto...


        Para llegar a la que está considerada cuna del cristianismo en Escocia, puedes acceder desde la Isla de Mull, los ferrys salen cada media hora desde el Puerto de Fionnphort ( en invierno los horarios pueden cambiar, aconsejable consultar antes), o desde Oban.


         A Iona  no pueden acceder vehículos, sólo los autorizados. El paseo por la isla se hace a pie cómodamente, el recorrido es llano, el punto mas alto tiene apenas unos 100 metros sobre el nivel del mar, pero si te apetece muy cerca del puerto puedes alquilar bicicletas.


        Al desembarcar encontramos el único bar existente, un pequeño supermercado y una librería, curiosamente también cuenta con una oficina de correos algo muy común,  en Escocia por muy pequeño que sea el pueblo podemos encontrar una.


        Pero lo que más sorprende al llegar, a pesar del continuo fluir de visitantes, es la paz que se respira, una tranquilidad y un silencio al que contribuye sin duda el hecho de que no se permitan vehículos de fuera. 



        Unida desde la antigüedad a la espiritualidad, en el siglo VI, un monje exiliado de Irlanda fundó en Iona la abadía que aún se conserva, comenzando así la cristianización de Escocia, siglos más tarde se convirtió en importante lugar de peregrinación. Hoy parte de sus residentes son miembros de la comunidad cristiana iniciada por George Macleod.
   

        Reflejo de su historia quedan en la isla diferentes construcciones, la abadía, el museo, la Capilla de Oran o las ruinas del convento de las monjas. En su cementerio, uno de los mas antiguos del país sólo pueden enterrarse los residentes de Iona o personas que hagan "honores" para ello.



        Aunque parte de su encanto y su paz se debe a que no se ha explotado turísticamente, existen varios Bed and Breakfast donde alojarse.




        Las vistas que ofrece son espectaculares, playa de arena blanca y agua cristalina, prados verdes cubiertos por ciertos de especies de plantas y amplia variedad de fauna.




    Por todo esto, si estáis pensando en viajar a Escocia, es recomendable una escapadita para ver esta joya, la Isla de Iona.