Augusta Emerita, Mérida


   Esta ciudad fundada en el año 25 a. C., es como una pequeña Roma, paseando por ella recuerda a la capital italiana por la cantidad de restos que se conservan y porque se respira en sus calles la importancia que en aquella época llegó a tener cultural, militar, económica y administrativamente. No te vayas de Mérida sin...




- Visitar los edificios dedicados a espectáculos, presentes en una ciudad importante del Imperio Romano: el Teatro Romano, se edificó en una ladera y su tamaño era espectacular para la época, su cabida es de unos seis mil espectadores distribuidos por zonas según su rango social, la zona de la escena posee un colosal muro de treinta metros de altura, distribuido en dos cuerpos de columnas con estatuas de emperadores y dioses, parece increíble que hayan sobrevivido en el tiempo, en uno de los extremos está La Casa del Teatro, con restos de un patio central rodeado de estancias; el Anfiteatro donde se desarrollaban los juegos de gladiadores y lucha entre animales. Cerca de aquí pero fuera de las murallas de Augusta Emerita está la Casa del Anfiteatro, espacio dedicado a viviendas y edificio funerario tiene dos casas la Casa de la Torre del Agua y la Casa del Anfiteatro.
   Aunque no te gusten los museos, para entender la vida de esta ciudad tienes que ver el Museo Nacional de Arte Romano, impresionante no solo por la colección de objetos, mosaicos o esculturas, sino por las dimensiones del edificio.







-  Pasear por el laberíntico centro histórico, es la zona interior de las murallas, aquí estaban los edificios donde residía el poder, las Thermas, con un estado de conservación sorprendente, el Pórtico del Foro, el Templo de Diana sobre un podio con molduras rodeado de columnas, el Centro Cultural Alcazaba nos transporta a la antigua ciudad con sus calles y casas perfectamente delimitadas, en la Plaza de España encontrarás la Concatedral de Santa María La Mayor y varios palacios. En la Plaza de Santa Clara está el Antiguo Hospital de San Juan de Dios, encontrarás el Arco de Trajano, puerta de acceso al espacio sagrado con una altura de 15 metros.
  El Antiguo Hospital de Jesús Nazareno, que también fue convento y que hoy es Parador Nacional, aquí pasé el fin de semana, una estancia agradable y cómoda además de disfrutar del edificio en sí.




- Ver la ciudad extramuros, puedes empezar por el Circo Romano, que al contrario que en el de Roma, en el emeritense no tienes que imaginar porque se ve su estructura perfectamente si subes al mirador del Centro de Interpretación, el Templo de Marte y la Basílica de Sta. Eulalia o el Acueducto de los Milagros, del que se conservan unos 800 metros también están en las proximidades. En la zona de Las Morerías, se encuentra uno de los  yacimientos arqueológicos urbanos más grandes de la Península, se conserva un tramo de muralla y viviendas, el Puente Romano, La Alcazaba huella de la época musulmana, la Casa del Mitreo, los Columbarios y en la zona moderna de Mérida el grupo escultórico de las Siete Sillas, el  Puente Lusitania.




   Para comer hay bastantes establecimientos, Mérida es capital gastronómica iberoamericana 2016, puedo decir que, buena cena en "La Bodeguilla", aunque había bastante gente el servicio fue rápido y algo más lento el almuerzo en "A de Arco".
   Una pena  la deficiente iluminación de los monumentos, una vez que anochece pasan totalmente desapercibidos.

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